4 claves para evitar la toxoplasmosis

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La toxoplasmosis es una parasitosis muy extendida que a menudo genera confusión. Es crucial entender la diferencia entre los casos habituales, que suelen ser leves, y los casos más graves, que son raros. La toxoplasmosis y la toxoplasmosis congénita son dos condiciones diferentes. La toxoplasmosis congénita es una condición grave y también muy, muy poco frecuente. El feto sufre cuando la madre consume alimentos o agua contaminados, o por lo que sea adolece de una falta de higiene.

En personas adultas sin inmunodeficiencia, la toxoplasmosis puede ser una enfermedad que incluso se puede padecer sin notar nada. Un tercio de la población mundial puede haber estado en contacto con el toxoplasma, ya que se detectan anticuerpos específicos en un análisis. El miedo asociado a esta parasitosis está justificado en personas con un sistema inmunitario muy debilitado debido a otros tratamientos médicos o patologías que lo causen. Otro grupo que debe tener mucho cuidado son las mujeres embarazadas. Aunque los casos graves son muy, muy poco frecuentes, las mujeres embarazadas deben ser muy prudentes y evitar cualquier cosa que pueda perjudicar el embarazo o al bebé.

Algunos profesionales que no están familiarizados con la situación epidemiológica actual hacen recomendaciones preventivas inapropiadas que pueden tener consecuencias nefastas. Es cierto que el parásito puede encontrarse en las heces de los gatos, especialmente si comen carne cruda en lugar de pienso, pero nadie debe consumir algo que haya estado en contacto con las heces de ninguna especie, ¿verdad?

Aquí presentamos las claves que realmente pueden protegeros específicamente contra la toxoplasmosis y muchas otras amenazas para la salud.

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